La argentinidad...

Esta mañana el acto del 25 de mayo de la escuela fué un desastre. Le faltaba ensayo, hubo trescientos baches, el sonido tenía un zumbido que lo acompañaba casi permanentemente, los chicos nunca abandonaron el murmullo, la maestra de música dió una perorata tratando de justificar porqué lo que estábamos por presenciar iba a ser tan terrible.
Igual... a los protagonistas del acto nada hay para reprocharles, fueron muy simpáticos, especialmente los más chiquitos, superaron sus vergüenzas y dijeron sus parlamentos con firmeza y hasta divirtiéndose.
Y fué justamente cuando los de cuarto grado representando a aquellos hombres de mayo gritaron Viva la Patria! (puta, que me pasa ahora también mientras lo escribo) que lo sentí.
Esa argentinidad que cada tanto, como esta mañana, siento a flor de piel.